Cuidado con las expectativas: efecto Pigmalión y efecto Galatea

SPOILER ALERT: Nuestras expectativas y las expectativas de las demás personas nos influyen más de lo que pensamos. Tienen el efecto de lo que llamamos profecia autocumplida 🔮

Pueden ayudarnos a conseguir nuestros objetivos o todo lo contrario.

Cuando son las expectativas de lxs demás las que influyen en nuestro rendimiento —> Efecto Pigmalión o efecto Rosenthal.

Cuando son nuestras propias expectativas las que influyen en nuestro rendimiento —> Efecto Galatea.

¿Por qué sucede esto?

-   Tener ciertas expectativas sobre una persona hace que nos comportemos de forma diferente con ella.

Si yo pienso que se te da mal el fútbol no te voy a pasar mucho la pelota cuando juguemos.

-  La opinión que tienen las demás personas y cómo actúan con nosotras influyen en cómo nos vemos.

Si yo veo que cuando jugamos al fútbol no me pasan la pelota, voy a pensar que no se me da bien.

-  Las expectativas que tenemos sobre nosotras mismas influyen en nuestros actos.

Si yo pienso que se me da mal el fútbol, no tendré tanto interés en jugar. Además, si lo hago no me voy a esforzar tanto en ir a por el balón ni en intentar que me la pasen.

Y aquí podemos entrar en un círculo vicioso ⭕️ porque si yo creo que soy mala jugando, me voy a esforzar menos y las demás van a seguir pensando que juego mal al fútbol. Como ves, profecia autocumplida 🔮

Por eso, es importante que estemos atentas a cómo nos hablamos y cómo hablamos a las personas que nos rodean. Puede que con nuestras palabras les ayudemos a que consigan las metas que se proponen o, por el contrario, les alejemos de ellas porque sin darnos cuenta les estemos dando a entender que no son capaces.

Hay que tener especial cuidado con el efecto pigmalión y el efecto galatea cuando educamos a niños y niñas. Están en una etapa muy vulnerable en la que la idea que tengan de sí mismos/as dependerá de cómo le vean las personas de su entorno. Por eso, es importante que no les mandemos mensajes negativos sobre sí mismos/as tipo “eres un niño malo” o “eres mala estudiante” porque corremos el riesgo de que lo vaya interiorizando y termine comportándose en función de la etiqueta que le hemos puesto. Y tendremos una nueva profecia autocumplida 🔮

¿Conocías el efecto pigmalión y el efecto galatea?

¡Si tienes cualquier duda te leo en comentarios!

Siguiente
Siguiente

¿Perfeccionismo obsesivo? Aquí tienes las claves para combatirlo